Película Team America: la policía del Mundo

La idea general de que los estadounidenses se han autoproclamado “La policía del Mundo” es la que da origen a esta gamberrada perpetrada por Trey Parker y Matt Stone, célebres creadores de la archiconocida e irreverente South Park. La concepción americana del mapa político mundial, reservándose para sí mismos el papel de guías y salvaguardas de la verdad absoluta, da pie a esta alocada parodia del cine de acción y el patriotismo trasnochado, sirviéndose de la salvaje crítica a la estrategia militar exterior de su país y de los (escasos y vilipendiados) debates internos que genera como auténticos motores argumentales para esta corrosiva cinta. El brutal, violento y premeditadamente chabacano modelo cómico de la archiconocida serie que mencionábamos es nuevamente el que marca el tono burlón de este llamativo largometraje. Realmente, como era de esperar teniendo en cuenta la trayectoria de sus autores, aquí hay leña para todos, a pesar de caer en el riesgo de difuminar o confundir los mensajes, circunstancia que no parece preocupar en absoluto a este par de desvergonzados. La sociedad americana, el militarismo exacerbado, su prepotencia y la irritante doble moral USA vuelven a estar en el disparadero, ampliando su diana, por supuesto, hasta regímenes extranjeros que manejan ciertos hilos en contraposición a los intereses yankees (tan mezquinos como los de cualquiera), razón por la cual los norteamericanos se creen en condiciones de tachar de terrorista a todo aquél que se atreva a disputar su imperialismo light, justificando de este modo el avasallamiento y la masacre con la impune manipulación de los medios.

Así pues, no parece casualidad que los protagonistas de esta cinta sean marionetas, probablemente en un intento por metaforizar la triste realidad que nos asola: aquí, quien más y quien menos, no es si no parte de un guiñol en el que, títeres todos, estamos integrados en un sistema que hace tiempo nos esclavizó sin que nos diésemos ni cuenta.

Tirando de ingenio en la elaboración de maquetas, decorados y, sobre todo, contando con grandes profesionales marionetistas que logran una cachonda movilidad con los personajes, Parker y Stone logran construir una película sólida y sugerente en la que su espectacular diseño de producción resulta sobresaliente. El pormenorizado y mimo puesto en cada juguete es digno de varios visionados en busca de la curiosidad y el detalle gracioso. De igual forma, cabe destacar el impresionante derroche de talento puesto en la fotografía e iluminación de una obra absolutamente seductora en el plano audiovisual. El patrón utilizado para sus estereotipados protagonistas nos remite a Thunderbirds: Guardianes el espacio, serie mítica de marionetas a la que Team America rinde un nada velado homenaje. La conseguida expresividad de los muñecos y la lograda inserción de estos en la variedad de escenarios fabricados, ya sean de corte europeo o asiáticos, de Medio Oriente o americanos, sitúan su lenguaje cinematográfico en un plano cercano al de acción real, contando además con una pirotécnica y aparatosa gama de efectos especiales destinados a caricaturizar fundamentalmente las producciones tipo Jerry Bruckheimer, o las dedicadas a James Bond, este último recurso menos original aunque igualmente descacharrante con Kim Jong-il como carismático supervillano.

Pero, más allá de sus innegables logros técnicos y su divertida y venenosa mala baba, ciertamente muy inspirada en algunos pasajes aunque bastante menos en otros cargados de humor de brocha gorda y discutibles chistes reiterativos, la película que nos ocupa funciona como enérgica y entretenida cinta de acción que consigue hacernos pasar un buen rato mientras cabe esperar cualquier cosa de ella, repito, absolutamente cualquier burrada sin tacto ni mesura, a veces incluso sin gracia ni frenos en su grosería y violencia, lo cual convierte a esta caústica pantomima en un producto feroz, sin duda merecedor de nuestra atención.