Película Lejos de la Tierra Quemada

Muy sugerente, y casi adecuado, título para la cinta, pues realmente ésta queda lejos de acabar por tierra, pero no escapa de cierto aroma a chamusquina. Y es que, pese a no arrastrarse gracias a su irrefutable corrección cinematográfica, estamos ante otra película que pretende colar, una vez más, un recurso argumental bastante quemado ya: aquél consistente en presentar varias historias inconexas que colisionan en un desenlace sorpresa. Un desgastado procedimiento “marca de la casa Arriaga” que, además, tampoco funciona con armonía en esta ocasión.

Desorientado durante buena parte del metraje, el espectador aguarda con paciencia hasta agarrar los cabos sueltos de su tediosa presentación. Una sosegada puesta en marcha que, pese a su elegante acabado técnico, no logra emocionar ni, en cierto modo, interesar. No obstante, sabedores del camino trazado por el realizador mejicano, nos dejamos llevar hasta comprender, ya sin dificultad, el evidente derrotero que toma la obra. Así, y es un punto muy negativo en el film, pasamos de andar sin brújula entre varias líneas argumentales y saltos temporales, a vislumbrar de manera demasiado nítida su conclusión. Un previsible punto de unión para varios relatos de pobre desarrollo y escaso atractivo más allá de los forzados desnudos de Charlize Theron.

Con este film, su debut como director, el respetado guionista Guillermo Arriaga traza un árido drama sobre una bella mujer al borde del precipicio emocional. Una triste persona que, pese a su tremendo atractivo y capacidad, vive atormentada por un trágico pasado acontecido en la frontera mejicana. Un oscuro episodio familiar, repleto de errores y mentiras, del que nuestra protagonista es incapaz de escapar aun poniendo tierra de por medio.

Fallido su juego de despiste, la obra queda desprovista de la obligatoria capacidad de sorpresa tras su paciente cocinado a fuego lento. De esta manera, y recordando que el planteamiento no ha resultado demasiado sugestivo, el film decepciona en el campo que mejor maneja su director: el guión. Un texto sin gancho, pero encuadrado, sin embargo, dentro de una conseguida factura visual que aleja la película de la plena mediocridad. Una vulgaridad también esquivada gracias, y es justo reconocerlo, a dos grandes profesionales de la interpretación, Theron y Basinger, muy creíbles en sus papeles dramáticos.

En definitiva, una anodina aunque correcta película que, en el peor de los casos, provocará más indiferencia que rechazo ante su frágil discurso y escaso recorrido en cualquiera de las temáticas expuestas en torno a la infidelidad y la inmadurez adolescente. Un film de agraciado continente formal, eso sí, pero muy poco contenido de auténtico interés. No obstante, te seguiremos la pista Arriaga.