
Valoración de VaDeCine.es: 3.5
Título original: Freaky Friday Nacionalidad: Estados Unidos Año: 2003 Duración: 96 min. Dirección: Mark Waters Guión: Heather Hach y Leslie Dixon (novela: Mary Rodgers) Fotografía: Oliver Wood Música: Rolfe Kent Intérpretes: Jamie Lee Curtis (Tess), Lindsay Lohan (Anna), Mark Harmon (Ryan) Página web Trailer
¿Cómo se sentiría una adolescente si una mañana despertara dentro del cuerpo de su madre? ¿Cómo se sentiría una madre si despertara dentro del cuerpo de su hija de quince años? Básicamente ése es el principal atractivo de Ponte en mi lugar, una comedia de enredo dirigida a todos los públicos bajo la insignia de Disney y que respeta todos los preceptos de las de su género. En esta revisión de la mítica Big, son Lindsay Lohan (Anna) y Jamie Lee Curtis (Tess) las encargadas de intercambiar roles. Lo más curioso es el desencadenante del trueque de cuerpos. La familia al completo, incluido el futuro marido de Tess, se desplaza a un restaurante chino para “disfrutar” de una cena juntos. Sentados a la mesa es cuando madre e hija aprovechan para abrir la caja de Pandora y estallar en una discusión acerca de las típicas rencillas entre adolescente y progenitora. La dueña del restaurante, encarnando a la estereotípica oriental con pinta de matriarca y que no habla ni papa del idioma, se hace eco del espectáculo y decide tomar cartas en el asunto. Ofrece a ambas una galletita de la suerte mágica con un extraño mensaje que provoca a la mañana siguiente el desconcertante incidente.

Madre e hija no tendrán más remedio que trocar rutinas. Tess, ahora convertida en una quinceañera, tendrá que hacerse pasar por Anna y volver a las clases. Allí descubrirá que las aulas son un estanque lleno de tiburones en el que sobrevivir no resulta una tarea sencilla. Anna, por su parte, tendrá que lidiar con los estresantes preparativos de una boda y aguantar a los insufribles pacientes de la consulta psicológica de su madre. Un concierto del grupo de rock de Anna y una historia de amor adolescente pondrán la guinda a esta edulcorada tarta con extra de moralina.

Toda la cinta gira alrededor de ese trillado mensaje empático que aspira a que padres e hijos lleguen a entenderse. Los gags son poco innovadores y sólo en contadas ocasiones cumplen su cometido. Eso sí, las protagonistas hacen lo que pueden para escapar de la quema con unas actuaciones bastante aceptables, especialmente una Jamie Lee Curtis que, por asombroso que parezca, fue nominada a los Globos de Oro por su interpretación. En resumen, estamos ante el ya clásico intento de amenizar la sobremesa del domingo en familia que intercalará bostezos con alguna que otra carcajada. No obstante, si partimos de unas bajas expectativas, puede llegar a sorprendernos gratamente en momentos puntuales.
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qué peliculón, madre mía, ejem ejem