Película Una novia para dos

Dane Cook es un cómico bastante famoso en Estados Unidos, de la cantera del Saturday Night Live pero que se ha pateado todos los platós americanos, atractivo y con cara de gamberrete, y Una novia para dos es su primera película en las grandes ligas, por decirlo así, y hecha completamente a su medida. En ella interpreta a un treintañero despreocupado y cabroncete que utiliza su magnetismo con las mujeres, aparte de para pasárselo bien sin preocupaciones, para arreglar relaciones de otros. ¿Cómo?Quedando con las parejas de quien quiera que le contrate para ofrecerle una noche de majadería absoluta, de modo que la dama en cuestión vuelva a los brazos de su ex asqueada por lo que hay ahí fuera. Como punto de partida es divertido y da bastante juego, provocando situaciones graciosas sobre todo en las dos «actuaciones» de Tank (que así se llama el personaje) que tenemos el placer de presenciar, las cuales son lo mejor de la película, una especie de mini-scketches en las que el cómico se suelta y nos lo hace pasar bien. Pero claro, entre un show y otro (uno ocurre al principio y otro al final de la peli) hay que rellenar una horita y pico con argumento e historia, y aquí la cosa falla por intentar abarcar demasiado.

¿Y qué intenta abarcar? Pues por un lado la comedia despreocupada-gamberra-Farrelyana sin complejos y con personajes que van a su rollo sin importar lo que piensen los demás (los espectadores), en la que podían haber cambiado a los actores por Cameron Díaz, Ben Stiller y Matt Dillon sin problemas, y por otro una comedia romántica empalagosa de toda la vida en la que podríamos haber visto a Meg Ryan y Tom Hanks (de hecho hay una referencia a la primera). La parte romántica es tan anodina que en todo momento estás esperando que vuelva el Cook más cachondo a escena para que pase algo interesante. La parte despreocupada es divertida pero tiene un problema, y es que bajo esa máscara de ligereza y carpe diem existe la moralina de siempre soterrada bajo kilos de sexualidad desenfrenada.

O sea, somos muy modernos porque mostramos personajes que disfrutan con su forma de ser, que buscan el placer por el placer (follan tapados, eso si, no sea que se escape una teta y nos suban la calificación de la película) y sobre todo chicas con miles de consoladores (¡oh, la liberación de la mujer tiene forma de pepino de plástico! Eso, eso, que se metan lo que quieran que les seguiremos pagando menos que a los hombres desempeñando el mismo trabajo) pero a la hora de la verdad la protagonista es una reprimida cuyo destino es dirimido por los personajes masculinos, los cuales deciden cuál de los dos se la quedará. ¿No debería ser ella la que tomase esa decisión? Es verdad que ella hace su elección en cierto momento de la cinta, pero cierta conversación de los chicos al final huele y mucho. Por supuesto, luego cortamos por lo sano con un happy ending repentino y que no se cree nadie y todos contentos. Si además añadimos un epílogo con un happy ending 2 para el otro protagonista, pues aún mejor. Así que muy liberados, muy vividores, pero al final, lo de siempre. De hecho el personaje capullo que nos gusta se destapa con unos buenos sentimientos que hacen que aún le queramos más. Claro, no me extraña que tenga éxito con las tías, es guapo, peligroso, chuleras pero de buen corazón, y está bueno, claro, que eso no se le olvide a nadie, porque aunque come mierda, fuma y no hace ejercicio, tiene un cuerpazo. Pues vale.

Recapitulando, en contra, un título horrible (en inglés es La chica de mi mejor amigo, o sea que a cual peor), a favor, la bis cómica de Cook, ciertamente graciosa en algunos momentos, en contra, la parte comedia con florecitas y cancioncitas sentimentales, a favor, el homenaje que tiene a Regreso al futuro, en contra, la moralina enterrada pero que florece a medida que pasa el metraje, a favor, no se hace larga y tiene cositas para un público variado, ah, y el personaje de Alec Baldwin. Yo me reí mucho más de lo que esperaba, lo cual hace que Una novia para dos quede, a pesar de todo, por encima de la media de este tipo de películas.