
Valoración de VaDeCine.es: 8
Título original: The Sessions Nacionalidad: U.S.A. Año: 2012 Duración: 98 min. Dirección: Ben Lewin Guión: Ben Lewin Fotografía: Geoffrey Simpson Música: Marco Beltrami Intérpretes: John Hawkes (Mark), Helen Hunt (Cheryl), William H. Macy (Padre Brendan), Moon Bloodgood (Vera), Annika Marks (Amanda) Trailer
El nacimiento del amor entre paciente y terapeuta no es un recurso innovador. Ya hemos vivido en innumerables ocasiones el romance entre la enfermera y el soldado herido, el cirujano y la paciente, el cuidador y su dependiente. No obstante, pocas son las que han osado presentar el sentimiento amoroso partiendo de una relación sexual pactada previamente. Pagada. Fría. Sexual a secas. Sin velas, ni pétalos de rosa.
Mark o´Brien es un enfermo de polio que vive postrado en una camilla, necesitado de respiración asistida y con tetraplejia. Aunque es incapaz de mover cualquier parte del cuerpo que no sea su cabeza, es capaz de sentirlo todo. En su crisis de la mediana edad, en curiosa analogía con el despertar sexual del adolescente, Mark, poeta y periodista, decidirá recurrir a Cheryl (Helen Hunt), una terapeuta sexual que tratará de adiestrarle en el terreno para proporcionarle la autonomía que necesita.
Notable en la expresión cotidiana de la frustración. Cesc Gay ha confiado siempre mucho más en sus habilidades como guionista que las relativas a la dirección. Fiel al verbo a la hora de contar historias, articula sus pequeños parlamentos con esmero. Cada microhistoria esposa presentación, nudo y desenlace al pequeño ecosistema creado entre dos interlocutores. Palabras y miradas serán los únicos recursos estilísticos. xxxx () y xxxxx () se encuentran por casualidad y rememoran Incompleta y a la vez disfrutable, Una Pistola en cada Mano supone un nuevo acercamiento -menos briullante que la notable En La Ciudad, todavía obra magna y jamás alcanzada por el director- 
La complejidad de los vínculos que ambos
protagonistas establecen es tan abrumadora que en ocasiones puede llegar
a confundirnos. El realismo de la imagen, junto con el dela narración,
propicia aún más si cabe la empatía por los personajes. Los toques
existenciales vienen de la mano del reverendo (William H. Macy), reflejo
de una iglesia in, más moderna, más consciente de la realidad del
individuo. No obstante, el tono humanista prevalece sobre el religioso
en esta maravillosa epopeya de la búsqueda de la felicidad.
Ben
Lewin, realizador de la cinta, nos presenta a Mark como un ser lleno de
aristas, matices y pensamientos contradictorias. Puede ser todo un
caballero, pero también un adolescente malcriado, puede amar
desesperadamente, pero también odiar con saña. Es la historia de un
romeo humano, un supermán sin más límites que los que le impone su
propio cuerpo. Una historia de superación cruda, sin cortesía. Muy
desnuda, sin doblez alguno. Un canto a la vida. También a la muerte.
Desde un pulmón de acero, con amor.

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