Valoración de VaDeCine.es: 7
Título original: Juan de los Muertos
Nacionalidad: Cuba
Año: 2011 Duración: 94 min.
Dirección: Alejandro Brugués
Guión: Alejandro Brugués
Fotografía: Carles Gusi
Música: Sergio Valdés
Intérpretes: Alexis Díaz de Villegas (Juan), Jorge Molina (Lázaro), Andrea Duro (Camila), Jazz Vilá (La China)
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Trailer
Podríamos decir que la película es un auténtico disparate, una broma macabra llevada tan lejos que hasta cuenta con difusión internacional -nadie supo frenarlo a tiempo-. Podríamos apuntar que el elenco de actores del segundo trabajo del director y guionista Alejandro Brugués, Juan de los muertos, son actores simplemente por el hecho de estar frente a una cámara, no por sus dotes ni por sus interpretaciones -¿qué interpretaciones?-. Que es imposible que nadie los vuelva a contratar viendo esto. Podríamos exponer que los efectos especiales son de risa, torpes y burdos como su pretendido humor. Podríamos pensar algo así, y quizás haríamos bien. Pero habría que admitir entonces que ya no nos queda ni un gramo de magia en las venas. Adiós a la fantasía, a la ingenuidad, a chapotear en los charcos, a dejarse sorprender. ¡Demos la bienvenida al aburridísimo -y elegante, todo hay que decirlo- gris!
Pese a la primera parte del párrafo anterior, como yo todavía me dejo arrastrar por el niño que llevo dentro, permítame alabar sus numerosos y potentes puntos fuertes. Quizás así descubramos que merece la pena derrochar aquí cien minutos de su preciado y escaso tiempo.

Empecemos con la idea inicial. Cuba es asediada por una plaga de zombis. ¡Cuba, hermano! ¡Cuba! Pero eso no es todo. El aparato gubernamental que rige la isla culpa del ataque al Gran Enemigo: los yankis imperialistas. De momento, vamos bien. Sigamos. ¿Quién nos va a salvar? La humanidad cuenta con un héroe y su batería de escuderos, tan atípicos y estrafalarios que se antoja una de las peores opciones para salir victoriosos en condiciones tan adversas. El papel de líder de este comando recaerá en Juan -qué caprichosa es la vida-, un cuarentón entregado al ron y a vivir a la bartola. Sus compinches estarán a la altura, por supuesto. Lázaro, su amigo en las duras y en las duras -en la isla no hay otra cosa-, una relectura de Sancho Panza con mucho azúcar, un fiel servidor de la causa -de Juan, sea la que sea- con las neuronas justas para pasar el día. Vladi, el hijo de Lázaro, tan joven, tan alto, tan fuerte, tan guapo, tan hueco. La China y el Primo, el afeminado y el músculo, una pareja imposible. Y, por último, Camila, la hija de Juan, la única que de tan normal y responsable como se nos presenta en la cinta, parece una extraterrestre.
Malas cartas para afrontar una partida donde la apuesta es la vida. Comienza la batalla. Llega la hora que separa a los valientes de los cobardes. Sin embargo, no nos olvidemos, estamos en Cuba. ¿Y si a esta situación le sacamos algún beneficio económico? Así se funda Juan de los muertos, una empresa de servicios para la comunidad surgida de las necesidades de los demás -como todas las empresas, ¿no?-. Y sí, matarán a sus seres queridos convertidos en no muertos, cómo no. Por un precio.

Confeccionados los equipos, se suceden numerosos combates entre los dos bandos. Los hay de todo tipo. A lo Tigre y Dragón (Ang Lee, 2000) o a lo Zombies Party (Edgar Wright, 2004). A lo Tarantino (Malditos bastardos, 2009) o a lo Scorsese (Gans of New York, 2002). Sin límites que contengan. Sin leyes que opriman. A muerte. Vale todo. ¿Qué es censura?
A lo largo del metraje las críticas al régimen de Fidel son constantes. Las nuevas generaciones no entienden por qué no disfrutan de las mismas libertades y oportunidades que sus vecinos de Miami, ni por qué les gobierna y administra un hombre muy mayor que fuma habanos en chándal -gran guiño final-. Para nuestros titanes él es el problema, no el monstruoso ataque, por ello la elección final de nuestro entrañable Juan.
El humor de Juan de los muertos es desvergonzado e hiriente, grueso y asqueroso, directo y ultrajante, políticamente incorrecto. Pero qué mejor postura que ésta para enfrentarse a esta invasión.
¿Película del año? No. Ni siquiera del mes. Pero maridará perfectamente con las noches insomnes de verano que se avecinan, que están por venir. Puede que seamos demasiado severos al juzgar las comedias. No es tarea sencilla hacer reír. Y brothel, esta gente lo consigue. Nos han engañado, y saltándose las limitaciones de un presupuesto ridículo, han rodado con maestría una obra muy divertida. Y no, ni mucho menos son malos actores, ni el guión está escrito por un quinceañero con problemas para distinguir cuándo se escribe con b y cuándo con v. No se equivoque. Ha nacido un nuevo héroe. ¡Larga vida a Juan de los muertos!
exacto, para una noche de verano. Yo también me he dejado llevar.