Película Cómo Acabar con tu Jefe

La comedia gamberra americana post-Resacón en las Vegas parece haberse liberado de cierto lastre. La extravagancia entra de lleno en la treintena. Ya no son jovencitos semiadolescentes los que se meten en mil y un embrollos a lo American PieViaje de Pirados o Colega ¿Dónde esta mi Coche? Los tiempos cambian y el espectro de edades que pasa por taquilla en esta época de piratería generalizada es ciertamente más acomodado. Así, lo que hace una década sólo explotaban los hermanos Farrelly ahora es el pan de cada día. Cómo Acabar con tu Jefe se une a la armada y, junto a La Boda de mi Mejor Amiga Resacón 2, ha sido la comedia del verano en Estados Unidos con casi 120 millones de dólares recaudados en taquilla.

Argumento inverosímil, claro; pero negro, con posibilidades cómicas y trasfondo de actualidad. Tres trabajadores (solventes Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis) deciden dar matarile a sus respectivos jefes. El primero porque está harto de lidiar con un superior hijo de puta (Kevin Spacey) que le hace comer mierda con la promesa de un ascenso que nunca llega. El segundo porque tiene que aguantar el acoso sexual de una supervisora ninfómana (Jennifer Aniston) cuando está a punto de casarse. El tercero porque tras la muerte del dueño de la compañía en la que tan a gusto trabajaba ve como su inepto hijo (Colin Farrell) toma las riendas para cargársela. Una vez adoctrinados por el matón de turno (demasiado exagerado Jamie Foxx), la ejecución del plan tendrá consecuencias inesperadas para víctimas y verdugos.

Sorprendentemente bien articulada -este tipo de películas no suelen ser un dechado de inteligencia a la hora de engarzar gag y gag-, la cinta progresa con brío, bastante gracia e inesperada cinefilia. En el debe queda que el partido se juegue mayormente en el area escatológica, una pena porque su excelente casting demuestra en alguna que otra secuencia que había calidad para una mayor apertura cómica. También se vislumbra cierta falta de riesgo cuando los tintes subversivos que amenazaban con tomar las riendas del tono de la cinta desembocan en el típico sainete mil veces visto. Lástima. Eso sí, volvemos a casa con el recuerdo de dos estupendas cuarentonas como Jennifer Aniston y Julie Bowen (esa madre un poco loca de Modern Family) en su versión más guarrilla y desacomplejada.