Valoración de VaDeCine.es: 5.5
Título original: X-Men: First Class
Nacionalidad: Estados Unidos
Año: 2011 Duración: 131 min.
Dirección: Matthew Vaughn
Guión: Godman, Miller, Moss, Schwartz & Stentz
Fotografía: John Mathieson
Música: Henry Jackman
Intérpretes: James McAvoy (Charles Xavier), Michael Fassbender (Erik), January Jones (Emma Frost), Kevin Bacon (Sebastian Shaw), Jennifer Lawrence (Raven)
Página web
Trailer
No estamos ante un despropósito total, lo admito. De hecho, lucen elaboradas varias escenas, sobre todo en sus primeros minutos. Ahora bien, de eso a poder hablar de 'apasionante thriller político' o 'elegancia sesentera' va un trecho. Y es que conviene no llevarse a engaños: esta cinta no salta del status de ramplona, por mucho que desde ciertos sectores de la crítica se pretenda vender otra cosa. Tampoco es que la mitología de los X-Men sea santo de mi devoción; ya me cuesta horrores aceptar la capacidad de transformarse en cualquier persona, ropa incluida, como resultado de una mutación y evolución, con todo el darwinismo delirante que la saga lleva explotando desde sus inicios. No obstante, esta vez no van por ahí los tiros de mi escaso entusiasmo para con estos súper, sino por lo tosco de un relato atrancado en el orígenes y más orígenes de cada uno de sus diversos y sosos secundarios, todos parte de una nueva especie cuyos individuos tienen poco en común.
Porque sí, podría resultar interesante explorar en la juventud de sus protagonistas, Charles Xavier y Magneto, de largo lo mejor y más trabajado del guión; pero tener que soportar cómo es reclutada tamaña cantidad de mutantes supera los límites de nuestra demanda (freaks aparte), máxime cuando ello resta tiempo a una trama principal tan pretenciosa como simplona en realidad, ¿o es que a nadie le parece de locos que los villanos aspiren a desatar una guerra nuclear?, ¿qué planeta quieren heredar tras ella?

Pero, dejando de lado y asumiendo lo absurdo e intrascendente de gran parte de sus pasajes, sí observo especialmente inaceptable la chabacana presentación y posterior aplicación de habilidades de cada joven mutante, sumándose al modo 'piloto automático' ese manoseado discurso de "somos diferentes y debemos aceptarnos, aunque los humanos nos temerán" que empantana con nula sutileza un metraje sobrado de clichés y continuas sensaciones de déjà vu, convirtiendo esta nueva entrega en una pieza medianamente atractiva para fans, pero definitivamente prescindible en la agenda cinematográfica del resto.

Respecto al escenario propuesto, prometía eso de fijar como marco la Crisis de los Misiles en Cuba; sin embargo, más bien el momento parece metido finalmente con calzador. Que nadie espere una fusión entre Trece días (Roger Donaldson, 2000) y una de superhéroes. Lo de reesribir la Historia Universal con fantasías, aunque suene genial, no siempre funciona. He aquí una muestra. Quizás sin el lastre de tanta presentación, esta trama político/militar hubiera servido como película completa para la misión de unos X-Men jovenzuelos. Perdida ya esta ocasión, sólo nos queda el consuelo de su correcta -sin más- puesta en escena y la solvente participación del carismático Michael Fassbender, actor capaz y galán con futuro, quien reclama para su complejo personaje la mayor atención dentro de una obra desgraciadamente carente de magnetismo, épica y grandes emociones; ingredientes estos fundamentales, entiendo, dentro un subgénero aún lejos de sus posibilidades.
Comentaba Álex González que para un español era complicado entrar en una producción de este tipo, más aún con su bajo nivel de inglés...bueno, teniendo en cuenta que no tiene ni una línea eso no habrá sido gran inconveniente. Papel de esbirro, con cara de palo...pero menos es nada.