Valoración de VaDeCine.es: 3
Título original: Red Riding Hood
Nacionalidad: U.S.A
Año: 2011 Duración: 100 min.
Dirección: Catherine Hardwicke
Guión: David Johnson
Fotografía: Mandy Walker
Música: Alex Heffes, Brian Reitzell
Intérpretes: Amanda Seyfried (Valerie), Gary Oldman (Solomon), Shiloh Fernandez (Peter), Max Irons (Henry Lazar), Virginia Madsen (Suzette), Julie Christie (Abuela)
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Trailer
Érase una vez que se era una directora llamada Catherine Hardwicke. Tras haber visto la gallina de los huevos de oro en cierta saga de vampiros que ponía la libido de los adolescentes a cien por hora, decidió aventurarse en un nuevo trabajo, aprovechando así la buena fortuna que parecía acompañarla en su carrera. Muchos fueron los que desconfiaron por completo de su intento por revisitar el legendario cuento de la niña de la caperuza roja, y todos aquellos que decidieron concederle un minúsculo margen de confianza ardieron en las llamas de la vana esperanza.
La historia ya la conocemos. "Abuelita, abuelita… qué dientes más grandes tienes ". Al fin y al cabo la tradición popular se ha encargado de trasmitirla a la perfección para, a posteriori, ser compilada, en época del Medievo, en primera instancia por el genial Perrault y más tarde por los hermanos Grimm. No obstante la realizadora se marca nuevos retos tratando de aludir a una novedosa simbología de carácter amoroso, o quizá más bien sexual. Aunque no lo es tanto si atendemos a una genial En compañía de lobos (Neil Jordan, 1984), referente manifiesto del que bebe -o más bien mama- esta nueva versión y que en ningún caso alcanza en potencia argumental, metafórica ni visual. Y es en éste último terreno, en el visual, en el que la cinta pretende poetizar, so pena de caer en la más absurda y pomposa artificiosidad, maniobra temeraria que revela una falta de juicio artístico propia de un novel al que le puede el ansia de espíritu. Esto, unido a una sospechosa analogía con la estética y fondo de El Bosque (M. Night Shyamalan, 2004), la incómoda sensación de dejavú aparece para no abandonarnos a lo largo de todo el metraje.

Sin embargo no es la similitud con otras obras lo que más empaña el conjunto, sino la falta de coherencia y la constante reiteración en la trama. Anodina y poco equilibrada, se ve ligeramente avivada con la presencia de Gary Oldman en la piel de un personaje que poco o nada hace justicia a su talla. Amanda Seyfried aburre, poco nos importa el devenir de una insustancial caperucita roja, tan descafeinada que parece estar bajo los efectos de alguna droga sedante. Una abuela que más bien se antoja la bruja del cuento y un leñador que será carne de revista para adolescentes completan un reparto sin ángel. Y qué decir del lobo… un trabajo artístico nefasto.
Lo que se nos brindaba como un cuento gótico inspirado en la leyenda de tradición popular no cumple con lo que prometía. Tan solo nos ofrece un relato de licantropía envuelto en una love story a tres bandas (siguiendo la línea “crepuscular”) que conducirá a los adolescentes a las salas en busca de revolcones idílicos con los que darse al onanismo platónico más fervoroso. Y ellos sí serán felices y comerán perdices. Para muchos otros, un mero colorín colorado, este cuento se ha acabado.

atufa a crepúsculo, sí..esto parece para quinceañer@os