
Valoración de VaDeCine.es: 6.5
Título original: Shadow of the Vampire Nacionalidad: Estados Unidos Año: 2000 Duración: 98 min. Dirección: E. Elias Merhige Guión: Steven Hatz Fotografía: Lou Bogue Música: Varios Intérpretes: John Malkovich (Murnau), Willem Dafoe (Schreck), Udo Kier (Grau), Catherine McCormack (Greta), Eddie Izzard (Gustav) Trailer
El rodaje de la mítica Nosferatu de F.W. Murnau en 1922, así como toda una infinidad de leyendas urbanas alrededor de él, servirían de base para realizar el ingenioso guión de La Sombra del Vampiro, una película que crea una notable ficción a partir de la absurda creencia que circula sobre la naturaleza realmente vampírica de Max Schreck, actor que interpretó al icónico Conde Orlok en la célebre producción alemana de principios del siglo XX.
Es obvio que este intérprete germano, fallecido en 1936, no tuvo absolutamente nada de ser inmortal, pero la falta de información sobre su vida, unida a su prodigiosa actuación en el film, contribuyó a que la leyenda circulará con celeridad por un mundo, el nuestro, siempre ávido de historias fantásticas. No sería ésta la única leyenda que circulara alrededor del rodaje de la mítica obra, ni tampoco la única que aparece en la cinta objeto de estas líneas, pues muchas más habladurías totalmente carentes de rigor histórico acerca de Murnau y su equipo se dan cita en La Sombra del Vampiro. No obstante, como obra cinematográfica hemos de abstraernos de todo lo que aparezca y no tomar la cinta en absoluto en serio, pues correrán entonces el riesgo de acrecentar el misticismo de un trabajo, el de este equipo alemán, que para nada tuvo algo de particular, pues se movió en los cauces de la más "aburrida normalidad".

La cinta, que la verdad no cuenta con muchos seguidores por lo difícil de su digestión para un público poco versado en cine, es sin embargo muy interesante y arriesgada por la originalidad de su apuesta. La atractiva trama que ofrece es una gozada para los fans de Nosferatu, que podrán disfrutar rememorando las escenas más míticas de la película desde un peculiar punto de vista que muestra a un Schreck (Willem Dafoe) interpretando al vampiro que se supone. El puro terror y el más fino humor negro se dan cita para estructurar un relato en el que Murnau (John Malkovich), ansioso por culminar una obra maestra con la ayuda de su peculiar "fichaje", diseña astutas estrategias que oculten la maligna condición de Schreck al resto de su equipo, al que logra convencer de la majestuosidad del moderno método interpretativo que su protagonista utiliza consistente en vivir su papel de vampiro durante todo el día, independiente de estar delante o no de la cámara.
El pulso que el director y el vampiro sostienen durante el metraje, así como una acertada puesta en escena y su agudo guión, son algunas de las virtudes que encontraremos en este film; aunque sin duda, el mayor activo de éste lo hallamos en el soberbio trabajo del siempre espectacular Willen Dafoe en el papel del siniestro personaje, excelentemente complementado por John Malkovich. La habitual solvencia de ambos artistas, empeñados en aparecer en todo tipo de producciones sin complejos, es muy de agradecer en el cine actual, ofreciéndonos la oportunidad de disfrutar de historias tan curiosas y arriesgadas como ésta sin renunciar a interpretaciones de auténtico lujo.

En contra de La Sombra del Vampiro citamos su irregular ritmo que decae en ciertos momentos, así como la falta de rigor histórico en lo que a la utilización de métodos cinematográficos de la época retratada se refiere, lo cual deja un sabor de boca agridulce a los cinéfilos que hemos de aguantar que lo que podría haber servido como documento enriquecedor sobre los orígenes del séptimo arte, no lo resulte para nada, pues, por ejemplo, el rodar de noche en aquellos tiempos no era viable, error éste inevitable en la película, eso sí, al girar la trama en torno a un alérgico a la luz solar.
Por lo tanto, y resumiendo, una recomendable, entretenida y extravagante fábula que homenajea uno de los más grandes films de la historia de una manera muy peculiar, pues si algunos de los aspectos mostrados fueran tomados por ciertos (repito, muy pocos los son), como por ejemplo los referentes a su director Murnau sin ir más lejos, supongo que éste no quedaría muy contento con la visión que de él se llevaría quien no entienda el verdadero carácter puramente ficticio de la película. Una rareza ingeniosa que animo a disfrutar tras la obligada peregrinación previa a la deslumbrante obra del cine mudo en la que se basa.
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La verdad es que es una película muy disfrutable. A mi entender a Malkovich se le va un poco la mano con su personaje contagiado, quizá, por el histrionismo necesario de Dafoe. Pero en cualquier caso, recomendable, desde luego.