
Valoración de VaDeCine.es: 5,6
Título original: Carne de Neón Nacionalidad: España Año: 2010 Duración: 113 min. Dirección: Paco Cabezas Guión: Paco Cabezas Fotografía: Daniel Aranyó Música: Oscar Araujo, Julio de la Rosa Intérpretes: Mario Casas (Ricky), Vicente Romero (Angelito), Macarena Gómez (La Canija), Darío Grandinetti (Chino), Ángela Molina (Pura), Dámaso Conde (La Infantita), Blanca Suárez (Vero), Antonio de la Torre (Santos), Luciano Cáceres (El Niño) Página web Trailer
NEÓN: PUTAS Y DIAMANTES
Ricky es un hijo de puta. Literalmente. De si lo es o no en sentido figurado versará Carne de Neón, la historia de un prostíbulo y sus castigados ocupantes; gente de la calle a la que no resulta sencillo mudar su condición de paria. La película es española, conviene aclararlo, pues a pesar de su nacionalidad no alimenta desdichas en su narración. No, aquí el tono es decididamente diferente, mucho más próximo al blockbuster que a la usual carga emotiva y social de otros productos patrios.

Bebiendo -demasiado- de diversas fuentes, el film se enguachina en la imitación de referentes, construyendo un microcosmos de corta y pega: un poco del Tarantino más arrebatado, algo de los lenguaraces travestis de Almodóvar y mucho, prácticamente todo, del Guy Ritchie de Lock & Stock y Snatch: Cerdos y Diamantes. Sin embargo, y a pesar de la obviedad del calco a sus influencias, en Carne de Neón el cine mantiene su hálito merced a una cadencia trepidante, realmente conseguida, fruto de la acertada dirección de Paco Cabezas, guionista de perlas como Sexykiller o Bon Appétit, y quien, en éste su segundo largo, no sólo demuestra destreza rítmica, sino también una innata capacidad para sacar partido a cuanto gran intérprete sea puesto en sus manos. En el muestrario, Ángela Molina, Macarena Gómez, Vicente Romero (aquel insurrecto “Maquea” del serial Padre Coraje) o Dámaso Conde, cuyo papel, encuadrado en otro film más reputado, bien podría acaparar multitud de elogios.
A efectos mercadotécnicos, el banderín de enganche se llama Mario Casas, lo que, junto a una agresiva campaña de promoción que anticipa la acción sincopada y vibrante, parece suficiente reclamo para el público más impulsivo. Pero no será en la explícita violencia donde resida su virtud más tangible, sino en la negra ironía y su cómico exceso. Evidentemente, Carne de Neón no revoluciona gran cosa y en poco tiempo podría ser pasto del olvido. Pero, frente a la constreñida ficción de este país, sí supone un pequeño paso de la industria española hacia un cine de entretenimiento con cierta calidad en su acabado y tempo; chapa y pintura que se dice. Fútil remedo del cine de otras latitudes, seguro. Inusualmente ameno, también. Llámenme condescendiente, pero como dijo Dios y cantó Robe Iniesta, “no sólo de pan vive el hombre”. 
|
q guapo mario casas.. tq!!!