
Valoración de VaDeCine.es: 6.5
Título original: Ikimono no kiroku Nacionalidad: Japón Año: 1955 Duración: 103 min. Dirección: Akira Kurosawa Guion: Hideo Oguni & Shinobu Hashimoto (Historia: Akira Kurosawa & Fumio Hayasaka) Fotografía: Asakazu Nakai (B&W) Música: - Intérpretes: Toshiro Mifune (Kiichi Nakajima), Takashi Shimura (Dr. Harada), Minoru Chiacki (Jiro)
Si bien estamos ante una obra menor del maestro Kurosawa, no podemos obviar la fortaleza de esta reflexión en el afligido Japón de posguerra. Una tierra herida, verdaderamente aterrorizada, que empezaba a sentir las secuelas de la radiactividad latente tras las masacres de Hiroshima y Nagasaki. Es por ello que su retrato paranoide, aquí personificado en su estremecido protagonista, logra el respeto del público a poco que nos detengamos a considerar el clima respirado en aquellos días entre el pueblo nipón. Porque tengamos sensibilidad y pensemos: si constantemente sentimos la sempiterna amenaza nuclear, imaginen recibir semejante atrocidad en su propio territorio. 
Mostrando diversos puntos de vista sobre sus inquietudes, ya sean políticas o puramente médicas ante la parálisis de una patria atolondrada, el cineasta japonés construye un microcosmos extrapolable a todo un país. Así, girando la temática sobre una familia con diversas circunstancias y opiniones, la cinta presenta el pánico demencial de un patriarca enfrentado a los esfuerzos por olvidar de muchos, la ignorancia de todos y la silenciosa vergüenza de unas instituciones todavía traumatizadas ante la descomunal tragedia.
Entregada a las potentes interpretaciones de sus eficaces protagonistas, los habituales Mifune y Shimura, la obra sin embargo no alcanza un ritmo absorbente. A cambio, y sacrificando cierta agilidad narrativa, el sosiego reina para transmitir con pausa distintos aspectos de la condición humana. De esta manera, el mimo puesto en el trasfondo manda sobre el guión en sí, viéndose éste fagocitado en una cinta más preocupada en plasmar la conmoción del momento que por desarrollar una historia con más gancho. En definitiva, un empeño por explorar la locura, la turbación y el egoísmo como probables consecuencias de un miedo que constituye la razón de ser de esta comprometida y necesaria película.
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Nucelar.. se dice nucelar