Escrito por Inmafun
|
Lunes, 13 de Septiembre de 2010 |
1911
Valoración espectadores: 8.60
|

Valoración de VaDeCine.es: 8.0
Título original: Kynodonta (Dogtooth) Nacionalidad: Grecia Año: 2009 Duración: 94min. Dirección: Giorgos Lanthimos Guión: Efthymis Filippou, Giorgos Lanthimos Fotografía: Thimios Bakatatakis Música: Intérpretes: Christos Stergioglou (padre), Aggeliki Papoula (hermana mayor), Mary Tsoni (hermana pequeña), Hristos Passali (hermano) Trailer
Qué gran placer es ése de descubrir potenciales talentos cinematográficos. Y es que Lanthimos, con ésta su segunda incursión en el terreno cinematográfico, ha demostrado tener un don del que muy pocos realizadores pueden hacer gala: la capacidad de dar un enfoque extremadamente personal y novedoso a una temática anteriormente explotada.
El aislamiento social como píldora de la feliz ignorancia no es una tesis argumental innovadora. En esta ocasión, el realizador heleno recrea minuciosamente un microcosmos familiar cerrado en el que la falacia se erige escudo protector de los vástagos. En esta recreación del mito de la caverna tienen cabida los juegos de perspectiva y las deformaciones de la realizad más variopintas que, con gran ingenio y suspicacia, van apoderándose del espectador mediante el bizarro y angustioso muestrario conductual de los protagonistas. Éstos, mediante unas actuaciones cuidadosamente automatizadas, nos sumergen en un enfermizo y claustrofóbico universo.

A las afueras de la ciudad, en un lujoso chalet, reside una familia compuesta por los progenitores, dos hijas y un hijo. El cabeza de familia, en un intento macabro de proteger a su prole, mantendrá el núcleo familiar aislado de toda información externa. Mediante una red de mentiras tejida escrupulosamente, el padre conseguirá recrear una realidad alternativa ajena a cualquier influencia que pueda enturbiar la ingenua mente de sus hijos. El elemento desestabilizador del maquiavélico sistema de clausura será Cristina que, contratada por el padre, ejercerá como prostituta a tiempo parcial complaciendo las necesidades sexuales del hijo.
Ciertos conceptos considerados impúdicos cobran nuevos e inverosímiles significados para los muchachos. Así, un “zombi” será una pequeña flor amarilla o una lámpara de salón grande será la definición de “coño”. Todo un sardónico ejercicio de ingenio. El jardín será el espacio más propicio para que la fantasía vuele. Los aviones se transformarán en preciadas miniaturas de juguete que irán a estrellarse en el césped, los peces encontrarán la manera de colarse en la piscina y un pequeño gatito se convertirá en una fiera despiadada capaz de atacar con un martillo. De este modo, Lanthimos juega a incomodarnos mediante el humor más negro, despiadado e hiriente, llegando por momentos a provocar la nausea mental y en ocasiones física. Las secuencias más hostiles se alargan con estética minimalista hasta la saciedad conformando un festival de escenas tan violentas como perspicaces. La luz natural toma protagonismo enfatizando el tono naturalista, casi escatológico, de la obra.

Son numerosas las connotaciones sociales y existenciales que se desprenden de esta cinta, sin embargo, el realizador huye de las acotaciones con sabio acierto, dejando abiertas las variopintas lecturas que de la misma se desprenden. Con ello, Lanthimos dilata el sentimiento de indefensión del espectador quedando éste a su merced. Consciente del poder que la cámara le otorga, decide vapulear y estremecer el intelecto sin concesiones ni miramientos. Película de difícil digestión no apta para espíritus susceptibles o impresionables. Aun así, muy recomendable.
|
Ojo, que tenemos digno sucesor de Lars von!!!