
Valoración de VaDeCine.es: 8,5
Título original: A History of Violence Nacionalidad: Estados Unidos Año: 2005 Duración: 96 min. Dirección: David Cronenberg Guión: Josh Olson (novela gráfica: John Wagner & Vincent Locke) Fotografía: Peter Suschitzky Música: Howard Shore Intérpretes: Viggo Mortensen (Tom Stall), Maria Bello (Edie Stall), Ed Harris (Carl Fogarty), William Hurt (Richie Cusack), Ashton Holmes (Jack Stall)
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'Una Historia de Violencia' reza el título del soberbio ejercicio de contención rubricado por David Cronenberg. La denominación bien cumpliría también como sinopsis, ya sea de la propia cinta o de la filmografía del inclasificable director. Tras retóricas propuestas de enrevesada dirección artística y compleja narrativa como fueran, por citar sólo algunas, Videodrome, La Mosca, Crash o Existenz, el realizador canadiense se presenta aquí despojado de los elementos terroríficos y sci-fi que salpicaron su carrera para desnudar su propuesta. Y, sorpresivamente, su pulso fílmico permanece: majestuoso, magnético, cautivador.
Y es que Cronenberg, acostumbrado a hurgar en la herida, a incomodar explícita e implícitamente al espectador, no renuncia aquí a su espíritu transgresor. Bajo el bucólico paisaje del tranquilo pueblo de Milbrook, en medio de su protegida comunidad y tras el antifaz del sosegado Tom Stall, oculta un universo de crudeza y salpicones de negra sangre.

Basada en la magnífica novela gráfica del guionista John Wagner y el ilustrador Vince Locke, Una Historia de Violencia ha sido calificada como uno de los mejores relatos sobre la mafia norteamericana contemporánea. Quien se queda en esa definición minusvalora el sentido multinivel de la historia. Escarbando en ella, de inmediato aparece el desgarrador relato de un hombre en lucha constante e interior contra su pasado, una suerte de esquizofrénico entierro del ser que uno mismo inevitablemente es. Pura genética subyacente. Una pugna frente a la imperativa de natura.
Emparentado con lo más sobresaliente del noir y el western, el largometraje es una obra maestra de pausada narración, impresionante fotografía y contundente puesta en escena. Serio, durísimo. En la misma línea se sitúa el imperturbable personaje de Viggo Mortensen, arraigado en una estirpe de protagonistas clásicos de callada condición y frío corazón. Aquellos que tras emprender un largo viaje, iniciático o terminal, a caballo o en coche hasta Philadelphia, tan sólo anhelan el regreso al hogar. Un antihéroe descendiente directo del inolvidable William Munny. Enemigos de sí mismos.
En el cruce de caminos del concepto de “familia”, entre la propia (hermanos), la del crimen organizado y la electa (mujer e hijos), conoceremos de qué es capaz un hombre acorralado para proteger a los suyos. Las horribles consecuencias resultarán sorprendentes a ojos de los demás. Nunca a los propios. Pues uno siempre sabe quién fue y es. Así, terriblemente reubicado ante una situación límite, el viejo fantasma resucita polvoriento, ensangrentado, fatigado… pero sabe exactamente lo que debe hacer.

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Estupendo que la saques de nuevo a la palestra. A mí me gustó bastante. Atrapa desde el primer momento, deja varias secuencias para el recuerdo y es capaz de abrir interesantes debates. Se nota que es obra de un maestro, un tipo que sabe lo que hace, genial creando atmósferas enrarecidas y personajes complejos. Muy completa. Además, los intérpretes son de lujo. Desde Viggo a Maria Bello, pasando por Ed Harris, para rematar la faena con William Hurt están todos soberbios.