
Valoración de VaDeCine.es: 8
Título original: The Life Aquatic with Steve Zissou Nacionalidad: EE.UU. Año: 2004 Duración: 119 min. Dirección: Wes Anderson Guión: Wes Anderson, Noah Baumbach Fotografía: Robert D. Yeoman Música: Mark Mothersbaugh Intérpretes: Bill Murray (Steve Zissou), Owen Wilson (Ned Plimpton), Cate Blanchett (Jane Winslett-Richardson), Anjelica Houston (Eleanor Zissou), Willem Dafoe (Klaus Daimler), Jeff Goldblum (Alistair Hennessey), Michael Gambon (Oseary Drakoulias)
Tráiler
El extraño pero igualmente fascinante universo que Wes Anderson aloja en el interior de su inefable mente y que, película tras película, traslada sin cesar al medio cinematográfico, tuvo en Life aquatic una de sus mayores expresiones de sinceridad y brillantez. Al entregarnos la emotiva historia del documentalista marino Steve Zissou, realizaba su particular homenaje al gran alter-ego de éste, Jaques Costeau, a la par que nos regalaba una historia que, canalizándose a través de un divertido e inteligente envoltorio marciano, nos hablaba en realidad de la alienación que produce la pérdida en el ser humano, de los confusos sentimientos y el indescifrable comportamiento que en él se esconde; toda una aventura.

Cuando un gran tiburón acaba con la vida de un querido compañero de tripulación, Zissou (Bill Murray en estado de gracia: nunca la contención y el gesto tranquilo insuflaron tanta vida propia a un personaje) se decidirá a embarcarse en su búsqueda en pos de una venganza redentora. No es más que una excusa. A Anderson le interesa retratar a toda una troupe de personajes a cada cual más raro, más singular, más verdadero; en su interrelación encontrará la riqueza de su narración, a medio camino entre la comedia de verbo grácil y la aventura más loca. En su tripulación se hayan un alemán inquieto y fiel a su trabajo; una reportera embarazada que poco parece pintar en medio de semejante embolado; la sobria e independiente ex-mujer del capitán (elegante señorío por parte de Anjelica Houston, siempre al tanto de papeles dignos); el que parece ser su hijo perdido y que ahora regresa en la búsqueda del conocimiento parental que le promueva su ilusión vital; el acomodado capitán de una tripulación rival que acabará rescatado por su pobre "enemigo"; y hasta un simpático brasileño (en realidad se trata del cantante profesional Seu Jorge, disfrazado aquí de actor) que, agarrado a su guitarra, no parará de insuflar impulso a la embarcación gracias a sus particulares interpretaciones de diversos temas del Ziggy Stardust de David Bowie, quien encabeza una selección musical magnífica y que da verdadero brío a la cinta.
La película combina un pulso narrativo ágil -que la hace resultar muy entretenida (y graciosa) aunque ciertamente desconcertante por momentos debido a la extrañeza propia de muchas de sus situaciones-, con necesarias dosis de pausa en forma de charlas o pequeñas conversaciones en el marco de las cuales se muestran las motivaciones de cada personaje, especialmente de su protagonista; además, habrá espacio para breves y delicadas secuencias de una preciosa animación en stop-motion, mediante la que retratar el colorido y la alegría que reside en la especie marina. Todo ello desatado del concepto de normalidad, esto es, que el espectador no espere convencionalismos al uso porque aquí no encontrará ninguno; se trata de rehacer las normas de funcionamiento de un (intra)mundo improbable de por sí, de ahí la anormalidad que constantemente aflora de su interior.

Muchos pensarán, al terminar de ver Life aquatic, que se trata de un compendio de situaciones a cada cual más estúpida. Sería un pensamiento lícito y hasta lógico, y sin embargo, algo corto de miras: la excentricidad y lo hilarante de su discurrir no son sino la particular forma que tiene Anderson de exhibir su amor por unos personajes desheredados y solitarios en su existencia, que nunca se adscribieron a una normalidad formalmente entendida ni comprendieron el significado de la palabra cariño. Poesía de forzoso trazo deshilachado.
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Anderson y Murray en estado puro. Sólo me queda el señor zorrillo para ver todas las de este curioso director. Que bien me sientan.