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Después del exitazo de REC (2007), Paco Plaza y Jaume Balagueró nos invitan a visitar de nuevo el edificio barcelonés en cuarentena. ¿Qué nos espera allí dentro? Zombies, infectados, cabreados por la subida de impuestos...lo que en la primera parte no era sino un tour de force ciertamente efectivo toma cuerpo con resultados realmente gratos. Comenzando segundos después de su predecesora, REC 2 irrumpe en pantalla con el mismo planteamiento pero distintos trucos. Agárrense a la butaca.

Las clases medias se rebelan ante la autoridad

Balagueró y Plaza se enfrentaban a un reto a la hora de confeccionar esta segunda parte. Podían repetir la fórmula o escarbar en ella continuando la historia. Y han elegido lo segundo. Bien es verdad que, como ellos mismos dicen, había que introducir más sangre, más acción, más de todo, que para eso es una secuela, y lo han hecho. Pero no se han olvidado de avanzar, de empezar a dar respuestas a lo que en REC eran cuestiones embadurnadas de sangre. Han escogido una de las múltiples opciones que tenían para ello y, aunque a mí no es la que más me gusta, hay que reconocer que el pulso está bien llevado en todo momento, de modo que la inmersión de lleno en el cine fantástico (aunque se mantenga la estética realista de la cámara subjetiva) no chirríe con lo apuntado en un principio.

Buscando a la Jenni

Sin bajar la guardia en ningún momento, que para eso estamos donde estamos, la película da respiros e incluso ligeros momentos humorísticos con absoluta naturalidad y sin resultar forzados. Más allá de las posibles metáforas del lado oscuro de cada uno (de hecho todos los "infectados" que vemos aquí son las personas normales de la primera), REC 2 se introduce en cada espectador mediante problemáticas mucho más cercanas a la calle de lo que el aluvión de hemoglobina deja ver. Uno de los momentos más aplaudidos de su estreno en SItges fue cuando un personaje le pega una bofetada a un chico que se empeña en hacer lo que le viene en gana. En la vida real ese adulto haría frente a una querella, pero aquí no, que esto es cine fantástico.

Prueba superada por tanto para la continuación de la saga de terror de la Fantastic Factory, la cual consigue no aburrir en ningún momento y volver a sacar jugo (fluídos, más bien) a tan reducido espacio. Sin duda arrasará en taquilla. Esperaremos la tercera entrega con expectación.