
Valoración de VaDeCine.es: 7.5
Título original: Rumble Fish Nacionalidad: Estados Unidos Año: 1983 Duración: 94 min. Dirección: Francis Ford Coppola Guión: Francis Ford Coppola & S.E. Hinton (Novela: S.E. Hinton) Fotografía: Stephen H. Burum (Blanco y Negro) Música: Stewart Copeland Intérpretes: Matt Dillon (Rusty James), Mickey Rourke (Chico de la Moto), Diane Lane (Patty), Dennis Hopper (padre), Nicholas Cage (Smokey), Laurence Fishburne (Midget) Trailer
Notable adaptación de la novela de Susan E. Hinton, La Ley de la Calle supone uno de los trabajos más experimentales de Francis Ford Coppola. Tras firmar Rebeldes en el mismo año, y rememorando clásicos sobre rebeldía juvenil y pandillas callejeras, esta vez el director compone una onírica y personal visión de la recurrente temática, si bien su completa originalidad esencial queda en entredicho al resonar con demasiada fuerza los ecos de su genial Apocalypse Now. Así, y pese a la obvia diferencia formal entre ambas cintas, el cineasta norteamericano repite, con su personaje de "El Chico de la Moto", el dibujo de otro ser enigmático que transita la frágil frontera entre locura y genialidad, recuperando el espíritu del carismático Coronel Kurtz como armazón del film. Un nuevo desterrado de la realidad, bailando sin temor en el precipicio ante la confusa mirada de cuantos le idolatran, odian o temen. Estableciendo evidentes paralelismos con la citada obra maestra sobre el conflicto en Vietnam, la cinta que nos ocupa recurre igualmente a un falso protagonista para acercarnos al verdadero mito. De esta manera, como ya ocurriera con aquel Capitán Willard en Camboya, el mentecato pandillero Rusty James (Matt Dillon), hermano menor y heredero del antiguo líder motorizado de la banda, sirve como hilo conductor hacia la baza ganadora: el icónico Chico de la Moto (brillante Mickey Rourke en un papel a su medida)

Fotografiada en un delicioso blanco y negro, entre luces y sombras la cinta hace gala de un aspecto visual de gran categoría y vigor, recurriendo al color para reforzar ciertos elementos básicos del argumento. Del mismo modo, la turbadora banda sonora resulta fundamental resaltando las relaciones establecidas entre los distintos personajes. Una propuesta inteligente para incidir audiovisualmente en un inquietante universo de agudas percepciones que dotan de credibilidad al enrarecido film. Un curioso trabajo en el que el factor tiempo, acentuado por multitud de relojes en pantalla y secuencias aceleradas, juega un papel fundamental creando desasosiego entre los nostálgicos protagonistas.

En definitiva, un proyecto con carisma y buenos mimbres, pero incapaz de elevar su categoría al grado de una excelencia que sólo esboza. El lastre de su escasa innovación, así como la dispersión y frágil concreción de ideas, desequilibra más altos vuelos. Una lástima; no obstante, como no podía ser de otra manera tratándose de Coppola, hallarán cine de muchos quilates a lo largo de su ajustado metraje.
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