
La línea entre lo sublime y lo esperpéntico es muchas veces delgadísima. En el cine, manejar los tiempos, saber integrar cada elemento de manera que se entretenga, divierta y toque la fibra sensible del espectador es tan difícil como conseguir arrancar una bella melodía a un Stradivarius. El equipo que realizó las películas de Regreso al Futuro consiguió una mezcla de aventuras y ciencia ficción trepidante pero inteligente con un argumento peculiar y arriesgado, moviéndose en territorios de comedia y creando unos códigos propios que convierten a esta trilogía en la más cohesionada y disfrutable tanto por fanáticos de la misma como por meros degustadores de buen cine de la historia.
(ENLACES A CRÍTICAS: REGRESO FUTURO, REGRESO FUTURO II, REGRESO AL FUTURO III)
Los posters de las tres películas
DIFÍCIL COMIENZO
A mediados de los 80 Bob Gale y Robert Zemeckis intentaban vender un guión escrito años atrás a los estudios de Hollywood. Sus primeros trabajos les habían puesto en el mapa (Zemeckis había dirigido Tras el Corazón Verde entre otras y habían escrito juntos varios guiones, entre ellos el de 1941, fallida comedia de Spielberg) y ahora buscaban financiar su nuevo proyecto, un historia de aventuras sobre viajes en el tiempo. Fue rechazado muchas veces, incluso por la Disney, la cual encontraba la relación entre Marty y su madre demasiado rarita ("esto es muy fuerte", creo que dijeron) hasta que alguien lo compró.
Se cuenta que consiguieron vender el guión de la película con la frase "es la historia de un chico que viaja al pasado y su madre se enamora de él". Ciertamente es un gancho atractivo, pero la verdad es que el único que creyó que podría ser un éxito fue Steven Spielberg, el cual además de firmar filmes que ahora son auténticos iconos del cine se encontraba en un momento en el que incluso las películas que sólo producía resultaban éxitos para un público juvenil, como Los Goonies, Los Gremlins, Polstergeist y la que nos ocupa. Zemeckis era reacio porque sus proyectos anteriores no habían sido un éxito, pero finalmente aceptó.
El reparto era, obviamente, un punto delicado a tratar, por lo que el papel más importante fue elegido de entre muchos candidatos y dado que la primera opción, Michael J. Fox, estaba muy atareado con la televisión, se pensó en Eric Stolz. Con él se comenzó el rodaje hasta que Zemeckis decidió presicindir de sus servicios al considerarlo un actor "demasiado de método". Por ejemplo, pedía que todo el mundo le llamara Marty incluso fuera del rodaje.
Mira, chaval, coges el bus de las 10 y te piras del rodaje
Aún así Stolz llego a grabar escenas enteras y sus fotos carcterizado como McFly son auténticas curiosidades, así como lo son las de Tom Selleck vestido de Indiana Jones. Para sustituirlo se decidió finalmente probar con el citado Fox, el cual era un actor de televisión muy popular entre el público juvenil, y por lo tanto ideal para el papel. Aunque estaba teniendo mucho éxito en la serie Enredos de Familia (Family Ties, 1982-89), Fox no dudó en aceptar el reto, teniendo incluso que rodar al mismo tiempo ambos proyectos, lo cual supuso un esfuerzo considerable. Por fortuna el sacrificio mereció la pena, ya que el papel del joven viajero del tiempo es por el que se le recordará de por vida.
Hay que reconocer que más planta que Fox, si que tiene
UN CHICO, UN CIENTÍFICO LOCO Y UN DELOREAN
Un diseño de producción perfecto, un guión ingenioso y emocionante, unos actores entregados y un director joven con ganas de comerse el mundo. Una confluencia de factores que hicieron de Regreso al futuro la delicia para todos los públicos que es. Un disfrute total. Esto se tradujo en un auténtico taquillazo, 380 millones de dólares en todo el mundo, lo que en 1985 era una cantidad muy considerable, y un puñado de imágenes imborrables en la retina del espectador, sobre todo ese Delorean que se ha convertido en objeto de culto para los frikis de la trilogía. En la gala de entrega de los oscar consiguió el de Mejor Sonido, pero fue nominada a otros como por ejemplo el de Mejor Guión, cosa rara para una película de aventuras, lo que da buena cuenta de lo bien escrita que está la película.
Toneladas de humor y una ciencia ficción de andar por casa (aquí no se viajan 100000 años hacia delante buscando respuestas a preguntas sobre la humanidad, es lo más diferente a 2001 que te puedes imaginar) crean una atmósfera propia, con sus guiños característicos (potenciados por las "repeticiones" de situaciones de las secuelas), un microuniverso a medida de la historia de personajes que se cuenta..
¡Por fin he inventado algo que funciona!
Las anécdotas en torno a la cinta son innumerables, como por ejemplo el hecho de que la máquina del tiempo en un principio fuera a no ser móvil, el cameo de Spielberg (es el conductor del coche al que se agarra Marty subido al monopatín) o los enredos con la ciencia, ya que ni existen los Gigovatios (si acaso, Gigavatios) o el condensador de "fluzo". En el primer caso los actores leyeron mal el texto y en el segundo la traducción es errónea, al haber tenido que decir "flujo". Estos errores le dan un tono más humorístico y fantástico si cabe, ya que es igual de vacío decir "condensador de flujo temporal" como "condensador de fluzo", simplemente es una forma de decir que viajan en el tiempo, si entras en el juego, bien, si no, pues vete a ver otra película. También existen fallos tipo "en 1955 tal cosa aún no existía" pero se perdonan, ¿verdad?
Sin lugar a dudas, Regreso al futuro es una de esas películas que, mérito cinematográfico aparte, podemos llamar generacional, ya que marcó a toda una camada de jóvenes que disfrutaron con las aventuras de Marty y Doc y la defienden como una obra maestra, cosa que tal vez no es para el público que no la viera con cierta edad. Sea como sea, una delicia hecha película. Como miembro de esa generación, se me hace difícil el separar lo que es entusiasmo de mi niño interior y los sentimientos que me produce la película de la realidad como obra cinematográfica, pero creo que el hecho de que aguante un visionado "adulto" dice mucho en su favor. Y es que cuántas veces no nos hemos desilusionado al comprobar que una serie de Tv o una peli que nos encantaba de pequeños, no son sino entrañables bazofias dirigidas a los chiquillos de la casa... ¡HAGAMOS DOS MÁS!
Si al éxito cosechado por la primera entrega le sumamos el final completamente abierto de la película y que Spielberg era el productor, siempre con George Lucas por ahí pululando, el resultado estaba claro, trilogía al canto. Zemeckis y Gale dicen que esto no es así, que no habían pensado las continuaciones, pero en fin, que es lo mismo, las hubo.
El monopatín más chulo del mundo (aunque para chicas...)
En los 80 las cosas no eran como ahora, cuando los actores firman directamente por trilogías en vez de por películas, así que hubo que reunir el reparto para la segunda y tercera parte. Y se consiguió, excepto en el caso de Crispin Glover, el cual se cayó del proyecto por decisión propia. Este hecho así como el de que Jennifer quedara en el Delorean al final de la primera entrega condicionaron el guión de las secuelas. Un ejemplo claro es la muerte de George McFly, inducida por la negativa del actor. Bien es verdad que podían haber elegido un sustituto como en el caso de Jennifer (en la primera la interpretaba Claudia Wells y en las secuelas Elizabeth Shue), pero la verdad es que el poco metraje en el que aparecía la chica en el inicio de la saga hacía esa solución más fácil que en el caso de Glover.
Los saltos temporales de la trilogía
De hecho un actor rodó las partes del futuro de George, y al estar aviejado con bastante maquillaje no canta demasiado. Al principio se intentó utilizar planos desechados de la primera entrega, pero Glover demandó a la productora y, al ganar el juicio, no se pudieron utilizar. Sea como fuere, los guiones se escribieron y se rodaron, por primera vez en la historia, seguidos. Esta práctica que se popularizó como método para disminuir costos años más tarde (véase la El señor de los anillos o las secuelas de Matrix) tiene su origen aquí, y es que el tito Spielberg, además de saber mucho de cine, también sabe mucho de pasta. Zemeckis no estaba muy dispuesto a llevar a cabo el proyecto, pero el hecho de que realizarlo le asegurara poder filmar luego prácticamente lo que quisiera le convenció. Comenta el director de Forrest Gump que hacer una secuela es siempre un reto y muy complicado, pero más que por el hecho de que si haces una segunda parte es porque la primera ha tenido gran éxito y será complicada de superar, por la circunstancia de que cada espectador tendrá, consciente o inconscientemente, una continuación de la historia diferente en su cabeza, por lo que resultará difícil contentar a todos. Aún así se reunió a (casi) todo el equipo y la titánica tarea de rodar las secuelas se llevo a cabo con un esfuerzo realmente grande. Pasar la mañana de un día en una punta del país montando las peripecias del año 2015 y la tarde del mismo día en otra localización rodando en 1885 era algo habitual para Gale y Zemeckis, lo que nos puede hacer una idea de lo duro que resultó.
Frodo estuvo allí
El resultado de la segunda película fue un tanto extraño (el futuro siempre es difícil de retratar), con sus aparatos voladores, colores chillones y con Michael J. Fox interpretando unos cuantos papeles, aunque nos dejó una gran escena de vuelta en 1955, lo mejor de la cinta de largo. Zemeckis era reacio a filmar el futuro y por tanto se optó por la opción irónica e incluso ridículamente humorística en algunos casos. Pero, además, esta continuación introducía conceptos clave de la trilogía, como por ejemplo el "qué pasa McFly, ¿eres un gallina?" motor de la trama en varios momentos o el hecho de que ciertas cosas ocurridas en la primera parte se repitieran en las dos secuelas, cada una en su momento temporal, lo cual dota de una marca de la casa a la trilogía y se convierten en guiños constantes al fan de la misma. El argumento se retuerce (innecesariamente, la verdad) con varios vaijes en el tiempo para abarcar otra película más y puede resultar un poco lioso, aunque se intentan explicar todos los detalles para que el espectador no se pierda. Al contrario, la tercera entrega sería mucho más sencilla y parecida a la primera, con sólo un par de viajes temporales, el de ida al oeste y el de vuelta al presente de 1985. REGRESO AL...¿PASADO?
Hay que destacar los efectos especiales, sobre todo de la parte II, ya que, si en la primera se limitaban a un par de viajes en el tiempo, en la segunda los retos se multiplicaban. Varios personajes que se encontraban consigo mismo (con Fox incluso interpretando tres roles a la vez en la pantalla), coches y patinetes voladores, el rodaje de la escena del baile desde otra perspectiva...Todo una tour de force que el equipo de Industrial Light and Magic salvó con nota, más teniendo en cuenta que por 1989 los ordenadores no eran la piedra angular de los FX. De hecho queda demostrado que en esa época ILM era la reina de los efectos visuales, mientras que al entrar en la era digital se vió ampliamente superada por otras compañías (no hay más que comparar los efectos de El señor de los anillos y la nueva trilogía de Star Wars).
Marty y Doc en la Puerta del Sol. En el Oeste, quiero decir
El hecho de que el último capítulo tenga lugar en el viejo Oeste americano se debe al antiguo sueño de Doc de vivir en esa época, el cual se convierte en portavoz del equipo, que pensó que sería muy divertido rodar un western, género del cual no se solían hacer muchas películas en los 80 ni tampoco hoy en día. Por tanto, además de los meses de trabajo acumulados, el reto de realizar una producción atípica se sumó al esfuerzo del equipo. Los actores tuvieron que aprender a disparar, montar a caballo e incluso a manejar el lazo, lo cual también resultó divertido. El resultado es una comedia-western amable y ligera, pero con el encanto marca de la casa.
Como en la primera, toneladas de curiosidades rodean a las continuaciones, como el papel de Elijah Wood (futuro Frodo Bolsón en la sagrada trilogía de los anillos), el pequeño terremoto que sucedió durante el rodaje de la escena de la cena o las declaraciones (en broma) de Zemeckis en las que aseguraba que los patinetes voladores existían en realidad y que provocó avalanchas en las tiendas.
La acogida de las secuelas fue bastante decente, mejor la de la segunda, claro, aunque la tercera cierre la trilogía correctamente. Pero la popularidad de los personajes no acabó aquí, ya que se produjo una serie de televisión de dibujos animados y los sucesivos lanzamientos en DVD han tenido mucho éxito.
El único Regreso al futuro 4 que habrá, el de Muchachada Nui (¡Nui!)
Inmersos como estamos en una ola de remakes y continuaciones de películas de las que no nos lo esperaríamos, hace unos meses se especuló con que podría estar escribiéndose una cuarta parte, aunque Bob Gale se encargó de desmentirlo. Esperemos que el dinero que le pongan en la mesa a los Bobs no sea suficiente como para que mancillen un argumento que no da para más. Leyendo a Gale, respiremos todos tranquilos y pongámosle unas velas negras a George Lucas, aún queda algo sagrado dentro del mundo del celuloide.
|
cojonudo papá...papa..papagayo