Valoración de VaDeCine.es: 6.5
Título original: Spider-Man Nacionalidad: Estados Unidos Año: 2002 Duración: 121 min. Dirección: Sam Raimi Guión: David Koepp (Cómic: Stan Lee & Steve Ditko) Fotografía: Don Burgess Música: Danny Elfman Intérpretes: Tobey Maguire (Peter Parker/Spiderman), Willem Dafoe (Norman Osborn), Kirsten Dunst (Mary Jane), James Franco (Harry), Rose Mary Harris (Tía May), Cliff Robertson (Tío Ben), J.K. Simmons (J.J. Jameson) Página web Trailer
Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Dirigir la adaptación cinematográfica de uno de los mayores clásicos del cómic, también. Y es que, ya desarrolladas las técnicas necesarias para reproducir al famoso héroe en pantalla, tocaba afrontar el enorme reto. Sam Raimi, un director con cierto estilo de historieta gráfica en su cine, sería el encargado de dar vida a Spiderman con garantías tras años de versiones animadas, algún bochornoso telefilme y muy cutres seriales televisivos. ¿El resultado?, en pocas palabras: simplemente correcto. Distendida, muy convencional y nada arriesgada, una cinta que, dado el magnetismo del asombroso Hombre-Araña y el dinero invertido, muy difícilmente podría fracasar con verdadero estrépito.

Concebido como puro largometraje de evasión, el film logra ciertamente cumplir varios de sus objetivos marcados más allá de la imprescindible acción enmascarada. Así, apreciaremos un esforzado trabajo que, pese a no resultar plenamente satisfactorio, sí otorga cierto regusto a viñeta con el toque humorístico del personaje creado por Stan Lee. De igual forma, es innegable el cuidado puesto en la eficaz presentación del famoso Trepamuros, centrando ésta gran parte del metraje. Su narración, por muy básica que parezca, no requeriría de mayores dosis de imaginación, pues el germen del superhéroe ya está plenamente arraigado entre los fans. Un alivio para un guión que, en este aspecto, básicamente realiza ciertos amoldamientos de modernización muy bien enfocados. Por tanto, en esta primera entrega de la saga arácnida conoceremos al tímido y brillante estudiante Peter Parker, un Don Nadie en el instituto que verá radicalmente mutada su existencia tras la picadura de una araña muy especial. Dotado de extraordinarios poderes, el adolescente será empujado hacia una obsesiva cruzada contra el crimen tras el asesinato de su tío Ben, el acontecimiento crítico que convencerá al muchacho de la absoluta obligación de utilizar sus dones por el bien de la Humanidad. Nacería así Spiderman, el valiente vigilante que, rodeado de problemas cotidianos y escondido tras su espectacular atuendo, pretende cambiar un mundo en el que no termina de encajar.

Sin embargo, una vez hechas las cabales presentaciones de rigor, conseguir equilibrar el libreto a la altura de los fastuosos saltos del Lanzarredes resultaría más complicado. Llegada la hora de dar faena al superhéroe, la brillantez de ideas originales destaca por su ausencia. Es éste el momento en el que la mediocridad se apodera de la historia y el piloto automático comienza a funcionar: interminables sermones, el secuestro de la chica, la recurrente ambición del enemigo por dominar del mundo, o la debilidad sentimental del héroe. Una pena, pues tanto la elección del fallido villano como la de su intérprete, Willen Dafoe, parecían bastante adecuadas para este primer episodio. El Duende Verde, especialmente importante para Spidey en el tebeo, prometía una solución muy inteligente para dar el pistoletazo de salida a la aventura. No obstante, pese a los esfuerzos de Dafoe, éste no alcanzaría jamás el carisma suficiente, ni cierta coherencia respetable, en su participación por culpa del flojo texto asignado al histriónico actor.

En definitiva, contando con la excelente labor musical de Danny Elfman, un reparto muy entonado y su fabuloso despliegue técnico, a pesar de la mejorable aspereza digital, estamos ante una superproducción capaz de aportar algo interesante a cambio de su brutal recaudación en taquilla, además de regalar un par de momentos ciertamente memorables (ese beso...). Una circunstancia muy de agradecer para una película de su naturaleza. Claro, que Spiderman y sus legiones de fans, entre los que me cuento, no merecíamos menos que un trato medianamente responsable. MATERIAL EXTRA: 
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Como inicio de saga no está mal, si acaso demasiado enfocada al público infantil o que busca una aventurilla sin más.
Lo mejor, y pese a los mejorables, como tú dices, efectos especiales (Golum ya estaba por allí), son los "paseos" de Spidey entre edificios.Por cierto, que James Cameron, que es más listo que el hambre, ha encargado a todo el equipo de FX del Señor de los anillos los efectos de su nueva Avatar, destinada a cambiar el cine, one more time).
Lo peor, la máscara del Duende verde, está horrorosamente "tecnificada", parece más un robot que otra cosa, horrenda. Un gran villano ninguneado, coincido plenamente.