Valoración de VaDeCine.es: 6.5
Título original: A.I. Artificial Intelligence Nacionalidad: USA Año: 2001 Duración: 145 min. Dirección: Steven Spielberg Guion: Steven Spielberg & Ian Watson (Historia: Brian Aldiss) Fotografía: Janusz Kaminski Música: John Williams Intérpretes: Haley Joel Osment (David), Jude Law (Gigolo Joe), Frances O'Connor (Monica Swinton), William Hurt (Profesor Hobby), Jake Thomas (Martin Swinton), Sam Robards (Henry Swinton), Brendan Gleeson (Señor Johnson-Johnson), John Prosky (Señor Williamson).
Cuando Carlo Collodi escribió Pinocho entre 1881 y 1883, la Ciencia-Ficción daba sus primeros pasos gracias al visionario Julio Verne. La obra del escritor italiano describe la pequeña odisea de un ser creado en busca de alma, una imagen que encuentra su culmen cinematográfico en el monólogo del replicante interpretado por Rutger Hauer en Blade Runner. Pero genética aparte, es el mundo de la robótica el que más ha permitido al cine juguetear con el concepto de la humanización de la máquina, desde aquel mítico doppelganger de María en Metrópolis hasta el androide asesino de Yo, Robot. De todas ellas, A.I., Inteligencia Artificial es la cinta que tiende el puente más evidente hacia el clásico infantil.
Y es esta decisión de Steven Spielberg la que marca la pauta: A.I. es sólo una recreación libre de Pinocho, por tanto, una fábula; nunca una obra futurista ambiciosa. Es cierto que el excelente diseño de producción de la cinta ofrece imágenes
realmente memorables, pero Spielberg no aprovecha la ocasión
para
explorar, y así explotar, el escenario de su obra. Una elección que, en mi opinión, deriva en error. Porque escenas como la del
Festival de la Carne permiten atisbar las posibilidades de dicho
escenario: robots de toda índole son destrozados por
hordas de seres humanos ávidos de un mundo analógico, sin aquellos que
han reducido su vida a la nada, les quitan el trabajo, se follan a sus
mujeres o cuidan de sus niños. Vigorosas pinceladas de un mundo imposible de percibir,
velado para el espectador por la cámara de Spielberg. Empecinado en la busqueda de David (Haley Joel Osment), un robot creado para dar amor a una madre (Frances O'Connor) y abandonado por ésta debido a su naturaleza artificial, el
director desecha el páramo cinematográfico a conquistar que
semejante sociedad le ofrece.

En ese mismo empeño por perseguir al protagonista en su particular viaje a Ítaca, hacia la humanidad, palidece también parte del reparto: el atractivo Gigolo
Joe, una máquina del sexo encarnada por el Jude Law que se comía la
cámara a dentelladas, acaba convertido en mero acompañante del pequeño, en un personaje sin vuelo reseñable más allá de su excelente
presentación. O el Professor Hobby (William Hurt), cuyo atractivo discurso inicial parece premisa de la cinta y acaba por resultar superfluo en una historia con cabida hasta para lo mágico en su controvertido final.
Aun así, presentadas las acusaciones a este film, no son pocas sus virtudes; entre ellas, como no, su factura técnica. Kaminski vuelve a realizar con diligencia las tareas fotográficas y Spielberg, obviando su discutible elección argumental, realiza un trabajo notable tras la cámara. Pero en todo caso, más allá de cualquier consideración técnica, estética o narrativa, si A.I.
consigue en parte culminar sus anhelos de posteridad es gracias, sobre
todo, a la extraordinaria recreación que Haley Joel Osment realiza de
este Pinocho del futuro. El niño que sostuvo la mirada de Bruce
Willis en El Sexto Sentido fue, sin que sirva de precedente, la mejor baza de todo un maestro del séptimo arte como el director judío. 
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Siempre tuve sensaciones encontradas con este film pero un amable recuerdo. En cualquier caso -si no lo digo, reviento-, Kubrick: tú lo hubieras hecho mejor!!! (dedo índice apuntando al cielo) We miss you Stan!!!