Valoración de VaDeCine.es: 8,2
Título original: Toy Story 3 Nacionalidad: Estados Unidos Año: 2010 Duración: 103 min. Dirección: Lee Unkrich Guión: Michael Arndt Fotografía: Animación Música: Randy Newman Intérpretes: Animación Página web Trailer
Ejercicio de síntesis: Toy Story 3 es una delicia, una maravilla. Así de sencillo. Y lo es a pesar de su condición de secuela, a pesar de las limitaciones creativas que supone partir de unos personajes existentes. Barreras imposibles de superar para muchos y que Pixar sobrevuela con la pértiga de la mesura, ése su habitual mesotés entre sencillo divertimento y profundidad narrativa. Marca de agua de la compañía y, especialmente, de su franquicia: la trilogía Toy Story.
Así, si en la primera entrega indagamos en la maravillosa idiosincrasia de un cuarto de juguetes y, a través de ello, aprendimos a valorar la amistad; en esta tercera asistimos al cierre del círculo, a la separación de caminos, a la madurez de dicha fraternidad, en definitiva. Argumentalmente, terminada ya la época de juegos de Andy, sus juguetes se asoman al abismo de la marcha de éste su dueño a la universidad. Una época de cambio que, probablemente, les condene al olvido. Es a partir de esta presentación desde donde el film ilumina, resplandece, destacando la necesaria asimilación de la infancia como paso previo a la edad adulta, refrendando aquello de que es conveniente haber sido niño durante el mayor tiempo posible para ser feliz, para bienformar la personalidad.

Más allá de esta psicológica premisa, y lejos de caer en la pedantería o sensiblería, Toy Story 3 despliega, entre el punto inicial y la recién mencionada conclusión, una portentosa y trepidante cadencia de aventuras y humor, justo aquello cuya carencia lastraba a su antecesora Up (Pete Docter, 2009). En medio de este inmensamente entretenido nudo argumental se dan cita momentos mágicos, divertidos, irónicos y esencialmente cinematográficos, con certeras referencias a clásicos del cine carcelario, al film noir, y con unos nuevos personajes absolutamente memorables, sabiamente armonizados con sus predecesores. Testimonio de ello darán el profundo e intrincado carácter del oso Lotso Abracitos, su secuaz Big Baby o el delirante espectáculo del archiconocido fashion victim Ken de Mattel.
Ejemplo de la posible, aunque inusual, convivencia entre el blockbuster y la sublime maestría fílmica, la cinta dirigida por Lee Unkrich es todo un dechado de virtudes cinematográficas, desde el preciso manejo del tempo narrativo hasta su, una vez más, impecable factura técnica, consecuencia de la apuesta continuista de la saga, donde vuelve a contrastar el hiperrealismo de materiales y colores de unos juguetes plenos de vida frente a unos humanos más bien sintéticos, secundarios de la función.

Ágil, entrañable y divertida, Toy Story 3 completa de manera inmejorable el sugestivo relato que, hace ya 15 años, iniciáramos junto al entonces aún niño Andy. Y, de exacta manera a éste, nosotros mismos nos hemos sorprendido, tres lustros después, igualmente encantados jugando por vez final con Woody y Buzz Ligthyear. Y es que, al término del camino, bien mereció la pena pasar un último rato con éstos nuestros inolvidables muñecos favoritos.
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¡Menudo peliculón de aventuras!
Es increíble que con un argumento tan sencillo en apariencia Pixar consiga contar tantas cosas importantes como la madurez, la pérdida o la amistad.