Valoración de VaDeCine.es: 5
Título original: La vida secreta de las palabras Nacionalidad: España Año: 2005 Duración: 110 min. Dirección: Isabel Coixet Guión: Isabel Coixet Fotografía: Jean-Claude Larrieu Intérpretes: Sarah Polley (Hanna), Tim Robbins (Josef), Javier Cámara (Simon), Danny Cunningham (Scott), Dean Lennox Kelly (Liam), Julie Christie (Inge) Página web Trailer
En una ocasión oí decir a Isabel Coixet que cuando salió de ver Deseando amar (Wong Kar-Wai, 2000), sintió que acababa de ver la película que a ella le hubiera gustado hacer algún día. Y tras ver La vida secreta de las palabras uno tiene la sensación de que, efectivamente, todavía sigue intentándolo, porque un posible título alternativo sería Deseando hablar. Hanna, su protagonista, vive encerrada en sí misma, aislada emocionalmente del mundo que le rodea - la plataforma petrolífera donde se desarrolla la historia no es más que un símbolo de esa soledad – pero en su interior, está ansiosa por encontrar a alguien al que poder contar su historia, su tragedia, aquélla que le persigue sin descanso. Al igual que en las películas del director chino, el ritmo con el que fluye el argumento es pausado, sus imágenes se recrean en cada gesto de sus intérpretes, e incluso hay insertos musicales que recuerdan vagamente a los de su admirada Deseando amar. Pero, desgraciadamente, Isabel Coixet no es Wong Kar-Wai, ni tiene como director de fotografía a Christopher Doyle - a pesar del buen trabajo que realiza Jean-Claude Larrieu -, ni Antony & The Johnsons es Shigeru Umebayashi. De ahí que Isabel Coixet, en lugar de poesía, logre poco más que afectación de sus actores y una cierta estética de anuncio de BMW (perdón por la falta de originalidad, pero no puedo evitar hacer este comentario, me sale del alma).

Tampoco se entiende demasiado bien la inclusión del algunos personajes secundarios, como Inge, que desaprovecha a la estupenda Julie Christie en un papel totalmente prescindible que tan sólo sirve para la inclusión de clichés vistos mil y una veces – ¡esas llamadas telefónicas mudas! –, y cuya justificación para participar en la trama – la búsqueda de Hanna por parte de Josef – está resuelta de forma chapucera. No todo es malo en La vida secreta..., también hay buenos momentos como la confesión final de Hanna a Josef pero, en general, sus logros distan mucho de sus pretensiones. Llamadme insensible – no creo que lo sea -, pero La vida secreta… me provoca más bostezos que emoción.
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Ojito con el señor Hegarty, que no tiene la culpa de lo que Coixet haga con su música.
http://w ww.youtube.com/watch?v=S Ov5gwk1u4U
http://w ww.youtube.com/watch?v=P pX4fJsiS1U
Impagables trozos de cultura del sigo XXI