Valoración de VaDeCine.es: 7
Título original: Tron Nacionalidad: Estados Unidos Año: 1982 Duración: 92 min. Dirección: Steven Lisberger Guión: Steven Lisberger (Historia: Steven Lisberger & Bonnie Macbird) Fotografía: Bruce Logan Música: Wendy Carlos Intérpretes: Jeff Bridges (Kevin Flynn/Clu), Bruce Boxleitner (Alan/Tron), David Warner (Dillinger/Sark), Cindy Morgan (Lora/Yori), Dan Short (Ram) Trailer
Remontémonos una vez más a los ochenta. Un servidor, como tantos otros niños, pasaba buena parte de su abundante tiempo libre en los salones recreativos. Los entrañables “futbolines del Corcho” eran y siguen siendo los más legendarios de mi pueblo. Allí, un mágico mundo virtual nacía con cada videojuego instalado por el viejo Esteban en su local. Un sólido negocio, levantado a golpe de moneda de cinco duros, en el que dilapidábamos un alto porcentaje de nuestras pagas semanales. Y es que pese a ser conscientes y regañados, era difícil resistirse a tan fantástico pasatiempo. Es más, aun sin tener dinero solía encontrarme entre el público aglutinado por algún “viciao” experto que, rebosante de orgullo, descubría nuevas pantallas a sus pequeños fans. Por aquel entonces, a pesar de ser afortunado propietario de un vetusto Spectrum, Amstrad o MSX, en casa aún no era lo mismo. Sin embargo, estos primitivos aparatos también nos regalarían momentos inolvidables. Transitábamos la Era Jurásica de la informática y, desde entonces, su evolución ha sido imparable. No obstante, el impactante embrujo de aquellos tiempos sería irrepetible. Testimonio cinematográfico de esa creciente ilusión por las computadoras es la coqueta cinta que nos ocupa: Tron.

Dirigida por el debutante Steven Lisberger, esta película de ciencia ficción destila encanto e innovación por los cuatro costados. Pionera en el uso de efectos digitales, la introducción de estos resulta clave a la hora de materializar su recordado argumento: las aventuras de un humano atrapado en el ciberespacio de un ordenador. Así, el film rebosa creatividad visual para mostrar cómo un brillante programador, Kevin Flynn, es arrastrado, tras mutación molecular a lenguaje binario, hasta el interior de la computadora central de su ex-empresa. Allí, el joven vivirá una trepidante odisea para derrotar a su desbocado sistema central y desvelar un archivo secreto: el que prueba su autoría sobre varios videojuegos plagiados por la compañía. Pero Flynn no estará solo ante el peligro. El avanzado programa de sabotaje “Tron”, diseñado por un amigo, determinará la suerte de esta arriesgada misión que además busca establecer un nuevo orden digital. Memorable por su personalísimo diseño de producción, la cinta consigue crear gracias a un sinfín de laboriosas técnicas su singular microcosmos repleto de gráficos poligonales, haces de luz y sonido electrónico. Ciertamente inclasificable, su atractivo conjunto, a caballo entre la animación y la acción real, resulta menos digital de lo que pudiera imaginarse. De esta manera, veremos combinar efectos muy básicos generados por ordenador con técnicas fotográficas verdaderamente artesanales, como la iluminación a contraluz, el pintado con colores de neón y una laboriosa superposición de máscaras.

Deudora y continuista de la línea temática abierta en la monumental 2001: Una Odisea del Espacio, Tron retoma la idea sobre una probable rebelión de la inteligencia artificial contra sus creadores. Además, en su discurso, más allá de la entretenida acción, la cinta encierra un trasfondo religioso que otorga cierto carácter divino a los diseñadores humanos, auténticos dioses para sus creaciones cibernéticas. Unos proyectos realizados a imagen y semejanza de sus programadores, estableciéndose claros paralelismos entre ambos universos. Sin embargo, aunque apreciando su exposición más pretenciosa y trascendental, lo realmente destacable de la producción serán sus secuencias de competición en la mítica rejilla de videojuegos. Una futurista revisión de lucha a muerte entre antiguos gladiadores que ha quedado para la memoria colectiva. En definitiva, convertida en todo un clásico y referente del género, evidentemente el espectador ha de dejarse llevar por su metafórico planteamiento de programas con forma microhumanoide. Un requisito fundamental para el disfrute de una original película que, lejos de envejecer prematuramente, afianza su gracejo gracias a esos primitivos gráficos constitutivos de su identidad y gran personalidad, con aroma a puro icono de su tiempo.
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¿Alguien ha visto la película "Tron"?