Valoración de VaDeCine.es: 9
Título original: Paths of Glory Nacionalidad: Estados Unidos Año: 1957 Duración: 86 min. Dirección: Stanley Kubrick Guión: Calder Willingham, Jim Thompson, Stanley Kubrick Fotografía: Director de fotografía Música: Gerald Fried Intérpretes: Kirk Douglas (Coronel Dax); Gerorge McReady (Coronel Mireau); Adolphe Menjou (Sg. Broulard)
Trailer
En su afán por trascender en cada uno de los géneros cinematográficos, Stanley Kubrick realizó películas tan diferentes entre sí que sólo tenían en común la genialidad y exhaustiva perfección que imprimió a cada una de ellas. Tan sólo una excepción, el cine bélico. Su primera incursión en tal terreno (la segunda sería La chaqueta metálica, 1987) fue Senderos de gloria, adaptación de la novela profundamente antibelicista que Humphrey Cobb publicó en 1935.
Y digo "profundamente" porque ambas obras no se quedan en un retrato superficial del sinsentido que supone el aniquilamiento de unos seres humanos a manos de otros, sino que van más allá, indagando en las miserias humanas que mueven el mundo y, por consiguiente, también estos conflictos aberrantes. Tal vez los que aprietan el gatillo son otros, pero los que mueven los peones desde sus opulentas mesas de caoba tienen las manos más manchadas de sangre que los pobres robots de carne enviados al matadero. Tanto temáticamente como en espíritu, y separadas por 30 años, las dos películas que el maestro neoyorkino filmó sobre la guerra funcionan como dos partes de un mismo discurso, cada una mostrando y denunciando una parte distinta de la misma locura. Tan sólo en el final difieren, lo que aquí es esperanza en el espíritu de lo que nos hace humanos, encarnada en los conmovidos rostros de los soldados franceses al escuchar y compartir una tonada cantada por una muchacha alemana, (actriz que se convertiría en la tercera esposa de Kubrick, dicho sea de paso), es en aquélla una duda sobre el destino de los combatientes abandonados por sus mentores en terreno enemigo.

Estando el libro del que proviene basado parcialmente en hechos reales, Senderos de gloria cuenta un episodio ocurrido en las filas del ejército francés durante la Primera Guerra Mundial. Un grupo de soldados que no pudieron llevar a cabo una misión suicida fueron castigados con el enjuiciamiento de tres de ellos como escarmiento para los demás. Esta práctica era común y data de la época de Roma, cuando uno de cada diez soldados era sacrificado como medida ejemplarizante. La denuncia de esta práctica, así como los anhelos personales y de otra índole que mueven los conflictos, es el principal fin de la película. Para ello, nunca se nos enseña al enemigo, por lo que, más que película de guerra al uso, Kubrick entrega una disección de la condición humana en la situación límte que representa un conflicto bélico. Cada personaje afronta la situación de manera distinta. Kirk Douglas se reserva el papel de coronel concienciado, el cual, aun así, está totalmente integrado en la maquinaria militar, acatando órdenes y siendo soldado ejemplar. Su rebeldía ante los hechos e integridad final le ennoblecen pero no deja de ser parte de un sistema formado por seres humanos, no obstante, totalmente deshumanizado. Por otro lado, las reacciones de cada uno de los condenados ante su destino no son si no una metáfora de cómo se puede afrontar una vida en la cual, queramos o no, moriremos tarde o temprano.

Técnicamente, Kubrick realiza un trabajo impecable, como siempre, y rueda cada escena de la mejor manera posible, enseñando lo importante para transmitir el mensaje y empezando a dejar las perlas que llenarían sus futuros proyectos, esas imágenes que quedan entre lo mejor y más recordado de la Historia del cine, aquí personificadas en el travelling marcha atrás con el que acompañamos a Douglas en la revisión de las tropas. Los soldados se jugarán la vida en breves instantes y eso es muy duro, pero mandar a sus hombres a una misión que sabe que es suicida pone un peso sobre los hombros del Coronel que es difícil de soportar. Kubrick lo muestra con maestría. Rodada en blanco y negro debido a la poca fe del director en la, por entonces, joven técnica del color, Senderos de Gloria fue la primera obra maestra de las muchas que llegarían después, así como la primera película polémica de un autor que dominaba el arte cinematográfico como muy pocos lo han hecho hasta el momento. Una mirada hacia la oscuridad del alma de los seres bípedos que pueblan el planeta Tierra, los cuales, si bien se jactan de su superioridad respecto al resto de los animales, muchas veces demuestran que, cuando se trata de cumplir sus objetivos, nunca han dejado de pertenecer a dicho reino.
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