Valoración de VaDeCine.es: 9
Título original: Il Buono, il brutto, il cattivo Nacionalidad: Italia, España, Alemania Año: 1966 Duración: 160 min. Dirección: Sergio Leone Guión: Sergio Leone, Age, Furio Scarpelli, Luciano Vincenzoni Fotografía: Tonino Delli Colli Música: Ennio Morricone Intérpretes: Clint Eastwood (Rubio), Eli Wallach (Tuco), Lee Van Cleef (Sentencia)
Trailer
Si Sergio Leone ya demostró sus geniales maneras en las dos primeras entregas de su "Trilogía del Dólar", la cinta que nos ocupa es la guinda del pastel. Tres obras maestras, un mito. La quinta esencia del spaghetti western en particular e icono inolvidable del cine en general. Desde luego, el brillante cineasta italiano nos regalaría alguna joya más, como Hasta que Llegó su Hora (1968) y Érase Una Vez en América (1984), sin embargo, El Bueno, el Feo y el Malo compondría el perfecto muestrario de su sobresaliente aportación al séptimo arte.

Entendida como ambiciosa antología, corregida y ampliada, de las dos películas que le preceden, la obra que nos ocupa podría haber quedado limitada a ese vulgar estatus tan poco original. No obstante, nada más lejos de la realidad. La tercera cinta de Leone trasciende el concepto y sienta cátedra, formal y argumentalmente, para convertirse en el verdadero clásico de la saga del “Hombre sin Nombre”. Y lo hace, efectivamente, mejorando cada uno de los elementos comunes, pero también ampliando horizontes con una íronica crítica a la guerra y, sobre todo, un cuidadísimo desarrollo road movie durante el cual sus personajes crecen a cada paso. Un elaborado y divertido argumento que desemboca, inevitablemente, en otro majestuoso desenlace absolutamente magistral. Desafío a tres bandas, todos contra todos: el bueno, Clint Eastwood, nuestro astuto antihéroe, siempre gélido e imponente; el feo, interpretado por un Eli Wallach verdaderamente inspirado; y el malo, el afilado Lee Van Cleef con su penetrante mirada. Tres intérpretes de lujo que engrandecen el armonioso conjunto con su sola presencia.
Si anteriormente sus personajes fueron mercenarios y caza-recompensas, los granujas de esta cinta siguen la misma línea. Tan hábiles con la pistola como sarcásticos en sus diálogos, los tres protagonistas se ven lanzados en una avariciosa caza del tesoro. Sus motivos, únicamente basados en el lucro, vuelven a trasgredir los códigos del western clásico. Así, Sergio Leone refresca el concepto transformándolo y corrompiéndolo por completo para gozo de muchos y amargura de otros tantos.

La forma, aun sin fondo moralizante, sigue siendo lo primordial e interesante en la trilogía. Y en este apartado, la cinta rebosa calidad cinematográfica en cada instante sin renunciar a un argumento, políticamente incorrecto, desde luego. Sus estilosas maneras realmente deslumbran. Desde el cuidado de detalles en su magnífica ambientación hasta la arriesgada fotografía repleta de extravagantes planos, pasando por una imagen en pantalla ancha tan radical como deliciosa. Todo ello, por supuesto, orquestado con otra banda sonora de Ennio Morricone para el recuerdo. Rápidos cortes de plano, inolvidables miradas entornadas, las manos acariciando el revólver y una lograda tensión in crescendo. El poncho de Clint Easwood, su medio cigarro en la boca y, como mágico escenario, el caluroso desierto almeriense bajo el cielo. El clímax se acerca: guitarra rasgando el aire, coros sin texto, la entrada de trompeta y, tras el angustioso silencio, los disparos como truenos. Puro Leone. Sublime. Historia del Cine.
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Qué exageraos que sois, machos. Y no decís ni pío de cómo retrata la guerra civil americana, punto que a mi parecer eleva a ésta sobre las otras de la trilogía.